jueves, 25 de agosto de 2011

NATALINO DUARTE


Por Antón García-Fernández

Natalino Duarte es una de esas figuras fadistas que, por desgracia, han caído un tanto en el olvido en la actualidad y que no disfrutan del reconocimiento que merecen a pesar de su innegable calidad artística. Quizá ello tenga que ver un poco con el hecho de que Duarte no se centró únicamente en su carrera como intérprete, sino que prefirió diversificar sus actividades profesionales, aceptando puestos importantes como el de la gerencia artística del Páteo Alfacinha, trabajo que desempeñó con gran eficiencia durante muchos años. Debido a esto, Duarte no se prodigó con tanta asiduidad como otros artistas en los escenarios de las casas de fado y apareció únicamente en un número reducido de programas televisivos, dejando para la posteridad un breve pero muy consistente legado discográfico. Aún así, no cabe duda de que Duarte es uno de los nombres más importantes de la escena fadista de los años 50 y 60, tanto dentro como fuera de los escenarios.


Nacido en el Bairro da Liberdade de Lisboa en 1935, Natalino Duarte vino al mundo en el seno de una familia en la cual la música jugaba un papel nada desdeñable: no en vano, su hermano Carlos Duarte destacó también como un violista notable. Natalino se interesó por el fado siendo todavía muy joven, cantando en todo tipo de fiestas, pero su primera gran oportunidad en el medio fadista no llegaría hasta 1957, cuando salió vencedor de un concurso de fados celebrado en el Café Luso, que le abrió las puertas de las mejores casas de fado del momento y pronto lo llevaría a aparecer ante las cámaras de la recién nacida televisión portuguesa. A pesar de que sus conciertos en casas de fado y restaurantes típicos no fueron tan numerosos como los de otros fadistas importantes de la época, Duarte se ganó con rapidez el favor del público. Su rostro de aspecto eternamente juvenil escondía una magnífica voz con la que Duarte interpretaba con gran calidez los fados más melancólicos y que sonaba punzante en aquellos temas más vivaces y enérgicos.


A lo largo de una carrera marcada por un lado por la falta de excesiva ambición personal y por otro por una enorme meticulosidad en el plano musical, Duarte siempre estuvo acompañado por músicos excelentes como António Parreira y Manuel Mendes a la guitarra portuguesa y Raúl Silva y Carlos Duarte a la guitarra, compartiendo cartel con grandes nombres del fado como Maria Teresa de Noronha, Filipe Duarte y Maria Valejo. Pese a la popularidad de que disfrutó en sus años de mayor éxito, Natalino Duarte grabó muy pocos discos, la mayor parte de los cuales no han sido reeditados en la era digital. De hecho, la recopilación publicada por Movieplay dentro de la serie Fados do Fado en 1998 es el único disco de Natalino Duarte disponible en formato CD. Dicha compilación recoge una serie de temas grabados para los sellos Alvorada y Marfer entre 1965 y 1968, dejando constancia de la gran sensibilidad para el fado que Duarte poseía y haciéndonos desear que su actividad discográfica hubiese sido más extensa. Entre los temas incluidos en esta reedición se encuentran algunas verdaderas joyas: su versión vivaracha del clásico de Júlio Proença y Albino Paiva “Eu gosto daquela feia”, una interpretación del conocido fado “Coimbra” con el acompañamiento del Conjunto de Guitarras de Raúl Nery, la divertida e ingeniosa “Morena lá do canto”, la filosófica y reflexiva “Degraus da vida” y, por supuesto, “Lenda da fonte”, el fado de Domingos Silva que constituyó el mayor éxito de la carrera de Duarte.


En 1999, el Páteo Alfacinha le rindió un merecido homenaje organizando una fiesta en su honor que reunió a un sinfín de artistas, entre los cuales se encontraban Carlos do Carmo, Argentina Santos, Camané, Fernando Maurício, Ada de Castro, Lenita Gentil, Filipe Duarte, Jorge Fernando y Maria da Fé. Visiblemente emocionado, Natalino Duarte valoró dicho homenaje con unas palabras que dejan entrever la modestia que le caracterizaba: “Se trata de una culminación hermosa para mi carrera, de la cual son testigos mis amigos de siempre, mis compañeros de lucha en esta vida” (1). Poco después de este homenaje, Duarte se retiró oficialmente del medio artístico, falleciendo en Lisboa en febrero de 2002. Como podemos escuchar en los escasos discos que nos dejó, Duarte es uno de esos fadistas que hacen que lo difícil parezca fácil, un intérprete dueño de una voz muy personal capaz de evocar los diferentes sentimientos presentes en las letras de los fados que canta: melancólica si la ocasión así lo precisa y llena de una energía desbordante si el poema y la melodía así lo requieren. Sin duda, Natalino Duarte es todo un maestro del fado que vale la pena redescubrir.



Notas

(1) “Natalino Duarte, uma vida a cantar, recebeu a sua homenagem no Páteo Alfacinha”. A Voz de Torcena. 13 de agosto de 1999. Agradezco a mi amiga Ofélia Pereira el envío de este artículo periodístico sobre el homenaje a Natalino Duarte celebrado en el Páteo Alfacinha en 1999.

Enlaces

Para más información en portugués sobre Natalino Duarte, visitad los siguientes dos enlaces, que contienen una breve biografía y vídeos con su música:

Fadocravo – Natalino Duarte

Lisboa no Guinness – Natalino Duarte

Vídeos

LENDA DA FONTE (editado por fadomeu en YouTube)



EU GOSTO DAQUELA FEIA (editado por 53Amorim en YouTube)



DEGRAUS DA VIDA (editado por 53Amorim en YouTube)



Cartel que anuncia una aparición de Natalino Duarte en el Clube Recreativo Bobadalense en diciembre de 1963 junto a Joaquim Cordeiro, Esmeralda Amoedo y Alfredo Duarte Jr., entre otros. (Por cortesía de Ofélia Pereira)

miércoles, 29 de junio de 2011

SESIONES DE FADO EN MADRID: LAS HISTÓRICAS GRABACIONES DE ERCÍLIA COSTA CON ARMANDINHO EN 1930


Por Antón García-Fernández

Cierto día del año 1930 llegó a Madrid un contingente fadista procedente de Lisboa y compuesto por los cantantes Joaquim Campos, Berta Cardoso, Cecília d’Almeida y Ercília Costa, todos ellos rutilantes estrellas de famoso Café Luso. Junto a ellos viajaban Armandinho y João Fernandes, dos nombres legendarios de la guitarra portuguesa, así como el violista Georgino de Sousa, y el objetivo de su viaje a la capital española era participar en una serie de sesiones de grabación para el sello Odeon. Dichas grabaciones constituyeron un notable éxito artístico y de ventas tras ser sacadas a la luz pocos meses después, pero desde entonces, la mayor parte de ellas han sido relegadas al olvido. Por fortuna, la discográfica Tradisom ha reeditado en formato CD algunas de ellas, rescatándolas así de la oscuridad en la que se hallaban sumidas y presentándolas a toda una nueva generación de aficionados al fado. Nos ocuparemos en esta reseña de los registros contenidos en el sexto volumen de la serie Arquivos do Fado, publicado en 1996 y dedicado a fados interpretados en esas históricas sesiones madrileñas por la cantadeira Ercília Costa, a quien se unen Berta Cardoso, Joaquim Campos y el Dr. António Menano en algunas de las piezas.


Por las fechas en que tuvieron lugar las sesiones de las que se extrae el material que compone esta recopilación, Ercília Costa gozaba ya de una notable popularidad en el medio fadista de Lisboa, habiendo aparecido en locales importantes como el Retiro Ferro de Engomar o el ya mencionado Café Luso. Su manera de cantar, con una expresión seria en su rostro y las manos entrelazadas como si estuviese rezando, le habían granjeado el sobrenombre de “Santa del Fado” y ya había grabado un par de discos para compañías como Columbia y Brunswick. Nacida en 1902 en la Costa da Caparica, una pequeña población de pescadores, Ercília siempre mostró interés por la música, una actividad que le ayudaba a sobrellevar los quehaceres diarios y que pronto se convertiría en el centro de su vida. Poseedora de una belleza un tanto melancólica, Ercília demostró tener también un nada despreciable talento dramático que le abrió las puertas del teatro de revista portugués e incluso del cine. Viajó en varias ocasiones a Brasil, donde fue recibida con enorme calidez por el público: en 1936, una gira que realizó por tierras brasileñas obtuvo un éxito rotundo, lo cual acabaría por otorgar a su carrera una dimensión internacional poco común en aquellos primeros años del fado como negocio musical. Ercília cantó en París en 1937, y dos años después viajó a Nueva York para actuar junto a Carlos Ramos en el pabellón portugués de la Feria Mundial que allí se celebraba. Aprovechó su visita a Estados Unidos para atravesar el país y conocer Hollywood, y aunque parece que no llegó a participar en ninguna película, su voz cautivó a estrellas del cine y de la música como Cary Grant y Bing Crosby.

Durante la Segunda Guerra Mundial, Ercília continuó su actividad artística con gran éxito en Lisboa, cantando de manera regular en el Café Luso y compartiendo allí escenario con los nombres más destacados del fado del momento, como Berta Cardoso, Alfredo Marceneiro, Joaquim Campos, Carlos Ramos y una jovencísima Amália Rodrigues. Es una verdadera lástima que no hayan sobrevivido (o al menos eso parece) registros sonoros de sus actuaciones en las casas de fado lisboetas, que a buen seguro nos permitirían comprobar el entusiasmo que sus apariciones en público suscitaban. Por el contrario, sí hay constancia de dos discos que grabó en Brasil durante una de sus visitas a dicho país una vez terminada la guerra. Pese a su amor por el fado y la atracción despertada por los escenarios, Ercília se retiró de la profesión artística en 1954, dedicándose por entero a su vida matrimonial y viviendo tranquilamente en su casa en la capital portuguesa. Si bien regrabó sus fados más famosos en 1972, jamás volvería a actuar de manera regular, falleciendo en 1986 en Lisboa, totalmente alejada ya de los teatros y las casas de fado.


Las 19 grabaciones contenidas en el CD de la serie Arquivos do Fado, todas ellas procedentes de las sesiones realizadas en Madrid en 1930, ilustran a la perfección las acertadas palabras que A. Victor Machado dedicó a Ercília en su libro Ídolos do Fado: “El fado tiene en Ercília Costa una de sus intérpretes más legítimas y fieles. . . . Ercília canta admirablemente todos los fados, dotándolos de un profundo sentimiento, escogiendo para cantar los versos más simples de la poesía popular, de esa poesía que ella sabe sentir y refleja como un espejo el alma del pueblo” (84-85). En efecto, la voz clara y melodiosa de Ercília desgrana con profundo sentimiento la alegría inherente en la letra de “O meu filho” y la tristeza presente en las estrofas de “Desilusão”, que describen el dolor de quien se ve obligado a abandonar su tierra natal. Pero tanto si se trata de alegría como de tristeza, Ercília transmite dicho sentimiento de una manera contenida, subrayando sutilmente aquellos versos y aquellas palabras que mejor expresan el mensaje y el tono de la canción.

En la recopilación encontramos el registro original en 78rpm del que se convirtió en el mayor éxito de la cantadeira, el “Fado de Lisboa”, que otros intérpretes grabaron bajo el título de “Lisboa, casta princesa” (1) en referencia al verso introductorio de la letra de A. Leal y R. Ferrão, poética personificación de Lisboa como una altiva dama: “Lisboa tão linda és / Que tens de rastos aos pés / A majestade do Tejo” (2). Otro de los cortes destacados es una versión del “Fado dois tons”, en la que, sobre la música de Alberto Costa Lima, Ercília canta una curiosa letra que trata de explicar los orígenes del fado remontándose al Génesis bíblico:

Foi quando Deus fez os sóis
As ilusões, as tristezas
Que entristeceu e depois
Fez as canções portuguesas

Quando Deus criou as rosas
Num paraíso encantado
Caiu uma e desfolhou-se
E dela nasceu o fado. (3)


Varios de los temas incluidos en la compilación se han convertido en clásicos del fado, como por ejemplo, la excelente interpretación del “Fado de Mouraria”, en el que Berta Cardoso y Joaquim Campos se unen a Ercília, creando una de las más magistrales versiones de esta pieza jamás preservadas en disco. El Dr. António Menano hace también su aparición en uno de los cortes, cantando junto con Ercília y Joaquim Campos el fado “A Desgarrada”, en el que cada uno de ellos interpreta dos estrofas respectivamente, acompañados por la guitarra portuguesa de Armandinho y la viola de Georgino de Sousa. Es precisamente este tema el que cierra un disco que deja constancia sonora de un capítulo de gran importancia en la historia del fado, en el cual el protagonismo vocal corresponde a Ercília Costa, quien, junto con Berta Cardoso y Adelina Fernandes, entre otras, fue una de las primeras cantadeiras cuya carrera en el fado traspasó las fronteras del mundo lusoparlante y adquirió proyección internacional. Y gracias a esta imprescindible reedición del sello Tradisom podemos hoy disfrutar de estas grabaciones históricas con la calidad de sonido que merecen y con unas notas a cargo de Paul Vernon, presentadas tanto en portugués como en inglés, que arrojan luz sobre la vida y la carrera de una de las voces femeninas más cautivadoras que el fado ha conocido.

Notas

(1) Una versión de este fado a cargo de Mariana Silva puede escucharse en el blog de Ofélia Pereira, Fadocravo, en el siguiente enlace.

(2) “Lisboa, tan hermosa eres / Que tienes postrada a tus pies / La majestad del Tajo”.

(3) “Cuando Dios hizo las estrellas / Las ilusiones y las tristezas / Se entristeció y entonces / Hizo las canciones portuguesas. / Cuando Dios creó las rosas / En un paraíso encantado / Una cayó y se deshojó / Y de ella nació el fado”.

Vídeos

ERCÍLIA COSTA – FADO DE LISBOA (editado en YouTube por Arhandjel88)



ERCÍLIA COSTA, JOAQUIM CAMPOS Y DR. ANTÓNIO MENANO – A DESGARRADA (editado en YouTube por Ti Maria Benta, quien dirige el muy recomendable blog Soldado do Fado)

domingo, 26 de junio de 2011

DOS DISCOS DE LA SERIE BIOGRAFIAS DO FADO: ALFREDO MARCENEIRO Y CARLOS RAMOS


Por Antón García-Fernández

En el año 1997, el sello EMI-Valentim de Carvalho publicó, bajo el título general de Biografias do Fado, una serie de recopilaciones dedicadas a algunas de las más grandes figuras de la historia del fado. Supervisados por el guitarrista José Pracana y con detalladas notas a cargo de Daniel Gouveia, estos discos son un ejemplo primoroso de reedición de antiguas grabaciones fadistas, con una muy buena calidad de sonido y la siempre encomiable intención de servir como biografías sonoras de la carrera del artista en cuestión. Desgraciadamente, la serie se encuentra ya descatalogada en la actualidad y no es fácil encontrar los varios volúmenes que la componen. En la presente reseña comentaré dos de estos discos—los dedicados a Alfredo Marceneiro y a Carlos Ramos—y próximamente publicaré una segunda reseña en la que me ocuparé de los discos dedicados a Fernando Farinha y a Max. Son éstos los únicos cuatro compactos de la serie que poseo en estos momentos, pero además de éstos, fueron editados también otros volúmenes que recogen grabaciones de Hermínia Silva, Lucília do Carmo, Maria Teresa de Noronha, Carlos Guedes de Amorim, Vicente da Câmara y Tony de Matos que espero, si la fortuna me lo permite, conseguir en el futuro.


Alfredo Marceneiro

Ya he escrito una semblanza de la vida y obra de Alfredo Duarte Marceneiro, fadista legendario donde los haya, en este blog, que puede leerse en el siguiente enlace, y pese a que las reediciones de su música no son muy numerosas, el volumen dedicado a él dentro de la serie Biografias do Fado es una introducción perfecta a su legado discográfico. El CD se inicia con dos grabaciones poco conocidas: la primera de ellas, “Olhos fatais”, extraída de un disco de 78rpm grabado en la década de los años 30, nos presenta a Marceneiro en una época temprana de su carrera discográfica, pero gran parte de los elementos típicos de su estilo ya están presentes en ella, incluso su tendencia a recitar algunos de los versos finales de la letra antes de terminar entonando el último. La letra de la segunda, “Louco”, se debe al gran poeta Henrique Rêgo, y uno de sus cuartetos, el que dice “O lenço que me ofertaste / Tinha um coração no meio / Quando ao nosso amor faltaste / Eu fui-me ao lenço e rasguei-o” (1), serviría posteriormente como mote para el tema “O lenço”, que también se encuentra en esta recopilación.


El disco incluye también una interpretación a dúo con Fernanda Maria del clásico “Bairros de Lisboa”, con letra de Carlos Conde, que data de 1959, además de varios de los títulos que siempre estarán ligados a la voz de Marceneiro, como “Lembro-me de ti”, “A casa da Mariquinhas”, “A minha freguesia”, “Há festa na Mouraria” o el “Fado balada”, entre otros. Se echa de menos, eso sí, la pieza “O Marceneiro”, que incluye la famosa definición de este fadista como “marceneiro no fado e no ofício” (2), pero en su lugar hallamos un par de temas grabados en directo en 1972 en la casa de fado O Arreda, en Cascais. Alfredo Marceneiro era un artista que entendía el fado como una forma de expresión musical que adquiría su plena expresividad al ser interpretada ante el público, por lo cual estas grabaciones en vivo poseen una importancia capital para comprender el universo musical de este fadista, que a sus 81 años no había perdido ni un ápice de su frescura y emotividad.

A lo largo de las 18 grabaciones que conforman el disco, Marceneiro está acompañado por músicos de la talla de Francisco Carvalhinho, Ilídio dos Santos o José Pracana a la guitarra portuguesa, y Martinho d’Assunção, Orlando Silva o José Inácio a la viola, que embellecen con su elegante acompañamiento unas grabaciones de cabecera para todo amante del fado de calidad.


Carlos Ramos

Con su voz cálida y un tanto ronca que a veces parece hablar más que cantar y que invariablemente evoca una casa de fado a media luz, Carlos Ramos solía cantar acompañándose a sí mismo a la guitarra portuguesa. De hecho, inició su carrera como instrumentista y sólo se decidió a cantar posteriormente, dedicándose entonces más al fado-canção que al fado tradicional, si bien grabó con éxito algunos temas de corte más tradicional como “Saudade”, “Teus olhos são passarinhos” o “Senhora do monte”, todos ellos incluidos en esta excelente recopilación. La popularidad de Ramos coincidió con los primeros pasos de la television en Portugal, y su prematura muerte en 1969 puso fin a la carrera estelar de un hombre sencillo cuyo estilo intimista y muy personal le aseguró un lugar entre los más importantes fadistas de Lisboa.

Su preferencia por el fado menos tradicional, compuesto específicamente para un intérprete determinado y con menor libertad para la improvisación, es evidente en este volumen de Biografias do Fado. Sin embargo, la mayor parte de las piezas grabadas por Ramos se han convertido en clásicos del género: es el caso de “Não venhas tarde”, “O fado de ser fadista” o “Canto o fado”, esta última escrita por João Nobre para un espectáculo de revista a la portuguesa. El clásico “Vielas de Alfama”, tema por siempre ligado al fadista Max que contiene una hermosa letra a cargo de Artur Ribeiro, funciona a la perfección en el tratamiento intimista de Ramos, que en las acertadas palabras de Daniel Gouveia en las notas del CD, solía “hablar cantando o cantaba hablando”.


Esto se pone de manifiesto especialmente en esas dos verdaderas joyas, también de la prolífica pluma de Artur Ribeiro, que son “Adeus Mouraria” y “Maria da Graça” que, pese a no haber sido recibidas con demasiado entusiasmo cuando fueron editadas originalmente, merecen mayor atención de la que han obtenido. Este volumen de la serie Biografias do Fado, en el que brillan también las guitarras de Raúl Nery, Francisco Carvalhinho o Jaime Santos y las violas de Martinho d’Assunção o Santos Moreira, es, sin duda, el lugar perfecto para quienes deseen entrar en contacto con la obra de uno de los más grandes—y en ocasiones más infravalorados—fadistas de la historia.

Notas

(1) “El pañuelo que me regalaste / Tenía un corazón en el medio / Cuando a nuestro amor faltaste / Yo cogí el pañuelo y lo rasgué”.

(2) “Carpintero en el fado y de profesión”. Recordemos que “marceneiro” significa “carpintero” en portugués, y así, el nombre artístico de Alfredo Duarte hace referencia a la profesión que desempeñaba antes de decidir dedicarse por entero a su carrera como fadista.

Enlaces

Para más información sobre Alfredo Marceneiro, visitad el blog Alfredo Marceneiro é só fado, dirigido por Vítor Marceneiro, el nieto del fadista.

En el blog Fadocravo, confeccionado por mi amiga Ofélia Pereira, podéis encontrar más información sobre Carlos Ramos y escuchar su interpretación del fado “Oração à Nazaré”.

Vídeos

ALFREDO MARCENEIRO – “AMOR ZAGAL” (editado por party094712 en YouTube)



CARLOS RAMOS – “NÃO VENHAS TARDE” (editado por GalaicoBorges en YouTube)